lunes, octubre 23, 2006

Ahora en Shile se folla

Ocurrió que de repente, en el lenguaje escrito de narradores jóvenes, asomó el término follar. Mi primera reacción fue pensar que se trataba de una apuesta por la posible proyección internacional de los relatos, por muy improbable que fuera. El mismo proceso que lleva a decirle culo al tan criollo poto. Pero el fenómeno comenzó a repetirse en otros contextos -siempre escritos-, donde aquella tesis resultaba delirante. Acudí a una de mis informantes en materias léxicas, mi asistente de producción hogareña (joven, estrato D o E, no sé bien dónde califica), quien me indicó que follar es un término no sólo aceptado, sino bienvenido en el lenguaje popular. Su explicación es que reemplaza felizmente a las otras palabras “tan feas” del castellano de Chile, en obvia referencia al rudo culear. Así que ahora las chilenas y chilenos follan, no culean ni hacen el amor, expresión de una siutiquería tan rotunda que está muy bien circunscribirla a la literatura rosa de Corín Tellado, Marcela Serrano y siga el lector enumerando.

Ya me había enterado de otro curioso desplazamiento. Antes -pero no mucho antes- tirar era follar o culear. Ahora, tirar es lo que -bastante antes- se denominaba atracar e incluso menos que eso: un beso en una fiesta y un par de abrazos circunscritos al torso ya es, ahora, tirar. También, vía la referida informante, me enteré de la gran difusión de la tipología del Rumpi, corregida por el uso. Así, tirar vendría a ser como grado 1.5; atracar, grado dos (que es lo que se usa, según ella); follar, grado tres, pero con el uso preferencial del primer término; y culear se encontraría, de este modo, con su sentido primigenio, es decir, el grado cuatro del Rumpi, que, para no caer en la mera descripción anatómica, describiré mediante una certera metáfora encontrada en escritores peruanos y chilenos (y también usada por el Rumpi): el camino de tierra.

Lo que me lleva a recordar el Libro de Manuel, de Julio Cortázar, donde la transgresión política iba de la mano de la transgresión sexual: el camino de tierra era el último paso para que el protagonista asumiera su ruptura con el orden establecido y se sumara a la contestación revolucionaria (la paciente, por decirlo de alguna manera, simplemente sufre las consecuencias, indicador inequívoco del machismo latinoamericano que el autor repudia y exhibe a la vez). La novela es claramente menor en el universo cortazariano: repite temas, motivos y estructuras, pero, desde el punto de vista del léxico, es fundamental. Mediante ella me enteré de otra gran curiosidad de lo shileno. Cito a Cortázar:

“Yo creo que la picha gallega y la pinga cubana están muy bien, o el pico chileno, que dicho sea de paso es un raro caso de masculinización porque todas las variantes argentinas o latinoamericanas son siempre femeninas, llamale pinchila o poronga o como quieras. Ahora fijate que si en algo tengo razón es que usar esas palabras, quiero decir besarte la concha y no la vagina, le entra a patadas a ese otro reverso, el del Vip digamos, porque también hay hormigas en el lenguaje, polaquita, no basta con bajarle la cresta a los Vip si vamos a seguir prisioneros del sistema, por ahí en novelas uruguayas, peruanas o bonaerenses muy revolucionarias de tema para afuera leés por ejemplo que una muchacha tenía una vulva velluda, como si esa palabra pudiera pronunciarse o hasta pensarse sin aceptar al mismo tiempo el sistema por el lado de adentro”

Lo que me lleva a recordar la magistral tesis de doctorado de Juana Puga sobre la atenuación en el habla chilena. Eso da para muchos posts.

16 Comments:

Blogger Unknown said...

Rodrigo, excelente tema; ya te comentaba sobre mis propias vacilaciones orto [sic] gráficas para escribir el verbo de la discordia en su versión shilensis: culear o culiar, that is the question. Me he inclinado por culiar, siendo fiel a la pronunciación del verbo y sus derivados: culiao, culiá, culiaos, culiás.

Mi ilustre esposa usa una expresión que merece ser propagada: "quedó la culiadera", mucho mejor que cualquier follón. Follón, que por cierto, a lo mejor relacionado con el camino de tierra, en shileno quiere decir peo, que no pedo.

8:27 p. m.  
Blogger Rodrigo Vega Bracelis said...

Leyendo sobre la acepción de tirar, yo no se que opinará el resto de los comensales de este blog más o menos contemporáneos conmigo, pero en honor a la verdad, yo prefiero Tirar a Tirar...

3:05 p. m.  
Blogger nadie said...

y tu conociste a la juanita puga? porque era tan amiga de hermano...lamentablemente se distanciaron

4:59 p. m.  
Blogger Rodrigo Pinto said...

Roberto:

le he dado vueltas al tema e insisto en mi tesis, pero corregida. Es decir, creo que culear pertenece a la familia de verbos chilenos terminados en -ear y, por tanto -y aquí está la diferencia- debería conjugarse como huevear, mandonear, chicotear, etc. Así queda clarísimo si usas de ejemplo el presente del indicativo: por fuerza tienes que conjugar culeo en lugar de culio, culeas en lugar de culias, y así sucesivamente.

Los ejemplos que indicas tú corresponden -vaya paradoja- a la pronunciación popular de este chilenismo. Son apócopes, me parece, aunque tengo muy apolillados mis estudios gramaticales. Y, claro, sonaría muy extraño culeado frente a culiao, culeada frente a culiá. Quizá haya alguna pauta más general en la conjugación de estos verbos, pero no tengo el libro de Rabanales que podría aclarar el tema.

En el sitio web de Memoria Chilena encontré en pdf el Diccionario de chilenismos de Zorobabel Rodríguez, de 1875. Vale la pena darle una mirada, es tan cómico como anacrónico.

VB:

En Memoria Chilena también está, del inefable doctor Oroz, ganador del Premio Nacional de Literatura, La lengua castellana en Chile, de 1966. Allí se encuentra lo siguiente:

Copular: afilar; planchar; tirar, echar un pato; echar un polvo; matar la gallina.

Pero ojo, no importa lo que uno prefiera, lo que importa aquí es el uso, y si una adolescente te dice que estuvo tirando toda la noche, no reacciones sin averiguar primero qué acepción le da a la palabra :)

Nadie:

Conozco a la Juanita, aunque hace tiempo que no la veo. Sabrás que está haciendo clases en Concepción.

6:42 p. m.  
Blogger Rodrigo Pinto said...

Roberto:

Está bastante despejada la controversia, de acuerdo a la información que me dio una estudiante de lingüística.

En síntesis, tanto culear como huevear pertenecen efectivamente a la familia de verbos chilenos terminados en -ear, pero aquí también aplican las normas que enunció Eugenio Coseriu: culta formal, culta informal, inculta formal e inculta informal.

En el caso de estos verbos, la norma inculta formal sería culeado, culeada, pero la habitual es la inculta informal, culiao, culiá.

Y la razón es que, desde el tránsito del latín clásico al latín vulgar, hay una tendencia a la eliminación del hiato, lo que se efectúa a través de dos procedimientos: eliminando la vocal más débil o consonantizándola. En culear se trata de consonantización, porque la i antes de vocal es una semi consonante (yod). De esta manera, según Sonia, el presente del indicativo de culear, informalmente inculto, sería así:

yo culeo, tu culeai, el culea, nosotros culiamos,
vosotros quechuchaeseso y ellos culean.

8:44 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Linguista titulada eso si, aunque siga estudiando ;)

12:59 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Rodrigo,

ahora que leo todos los comentarios, quisiera recordarte la materia de los apócopes. Un apócope es cuando se elimina la última letra de una palabra. En el caso de culiada > culiá no es la última letra la que se elimina, sino una intermedia. En este caso hablamos de síncopa. En caso de eliminarse la primera, sería una aféresis.

8:15 p. m.  
Blogger Alfredo Sepúlveda said...

Me imagino que follar viene de las traducciones bukowkianas de los ochenta, las películas de Almodóvar y la época en que llegaban películas porno dobladas en España. Maravillosa discusión Rodrigo y excelentes tus blogs.

5:29 p. m.  
Blogger Rodrigo Pinto said...

Sonia,

muchas gracias, una vez más, por las precisiones lingüísticas y las biográficas que añades. Uf, cómo pasa el tiempo...

Alfredo, de acuerdo, follar tiene que haber llegado por esos estímulos. Lo que me sorprendió es que ya fuera de uso común en gente que no suele ver películas de Almodóvar y menos lee a Bukowsky (aunque sí deben ver porno en ezpanich) -- y pido disculpas de antemano por el clasismo cultural. Allí había una necesidad insatisfecha por el habla criolla.

10:53 p. m.  
Blogger feña said...

el modelo de pinochet fue franco; la transición española fue el modelo imitado durante los 90 (y cada vez que haga falta); la farándula chilena está bastante inspirada en la prensa del corazón de allá.

esta reconquista española que tiene follando (en el idioma al menos) a la población nativa tiene mucho que ver con el uso de españa como referencia del proceso de desarrollo económico. si ya muchas cosas se hacen en inglés o espanglish, otras se hacen en hispano directo.

que buen tema para un blog.

1:34 p. m.  
Blogger Rodrigo Pinto said...

Feña,

no sé si es tan extrapolable la reconquista económica, que ha traído sobre todo ejecutivos de primera línea a Shile, a un cambio en los hábitos lingüísticos que se manifiesta en diversos niveles del habla criolla. Eso es lo que más me llamó la atención de la aceptación y difusión de follar.

Supongo que la buena idea para un blog es la repercusión de la reconquista española en la fértil provincia, que también podría expresarse, en términos más generales, en los efectos de la apertura económica sobre los hábitos lingüísticos. Estoy de acuerdo, ahí habría que dentrar a picar.

12:18 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me parece bastante interesante el tema que usted acaba de tratar aquí.
No muy amenudo, nos damos cuenta de que nuestra lengua a medida que transcurre el tiepo, se va degenerando, y no digo que se degenere en mal sentido, sino, que se degenera a medida que los jóvenes o adolescentes que crecen dentro de nuestra sociedad van adquiriendo una cierta conciencia de las cosas que hacen y esto loslleva a adoptar nuevas formas de comunicación con su prójimo.
Incluso usted mismo has escrito "Shilenidades", u eso es debido a que en algunso países del extranjero la palabra escrita como "Chileno" tiene un acento de muy baja categoría, por no decir "chulo".
En conclusión el tema que ha expuesto aquí en su Blog me parece bastante interesante, pero estos términos que la gente por lo habitual asocia a palabras que verdaderamente están en el diccionario, son o forman parte de la jerga y la cultura chilena.

Atte. Darío (estudiando de 4ºMedio)

1:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Queridos lecto-escritores lo mismo sucede en mi Pais, Colombia Con las mismas palabras parece un comentario hecho no en Chile sinó acá perdemos algo de identidad? o evolucionamos a una integracion cultural, pues he sabido de palabras muy latinas que ya se emplean en España.

11:03 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Queridos lecto-escritores lo mismo sucede en mi Pais, Colombia Con las mismas palabras parece un comentario hecho no en Chile sinó acá perdemos algo de identidad? o evolucionamos a una integracion cultural, pues he sabido de palabras muy latinas que ya se emplean en España.

Escribe Augusto Renjifo de Cali.

11:05 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

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1:32 a. m.  
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